Recuperar la militancia

Recuperar la Militancia.

En un comentario a la carta de lectores que enviara a este Blog, se plantea la cuestión de la militancia y se califica a quienes ejercen tan noble pasión por nuestras tierras tigrenses de boludos. En otro de los análisis se sugiere cierto gatopardismo de Néstor, argumentando su falta de oposición a la rata de anillaco en su momento y la contradicción de haber llevado al Sr. Massa en el cuarto lugar de la lista. Si bien estas afirmaciones llevan de manera directa a una reflexión de carácter más bien estructural, buscando los nexos entre táctica y estrategia en pos de encontrar una respuesta, también abren a la posibilidad de otro análisis. En éste sentido, uno puede preguntarse legítimamente por la militancia, es decir por su rol en los últimos años, su metamorfosis a la luz del impacto sobre las subjetividades de la lógica del mercado, sus posibilidades de contrapeso frente a los grupos de interés y finalmente su potencialidad a la hora de estructurar un colectivo, ya no de resistencia sino de construcción.

Hace un tiempo, intercambiando opiniones con alumnos de la facultad, les comentaba que alguna vez para la juventud, allá por los años 70’ militar era subirse a un colectivo que encarnaba un sueño y el camino para su construcción. Los jóvenes en aquellos tiempos se sentían parte de un proyecto y aportaban lo que podían a ello. Se pegaban carteles, se pintaban paredes o se hacían peñas para juntar fondos para sostener la Unidad Básica al calor de una pasión, que en el caso de los Peronistas se resumía en la figura y la conducción del líder y el recuerdo de la más grande interlocutora del pueblo humilde, Eva.

Luego los años de plomo y tras ellos la consolidación de una lógica mercantilista de la vida, al amparo de dos leyes centrales paridas por la dictadura genocida. Una se está tratando de modificar en estos días, la ley de medios, que abrió paso a la concentración de la palabra y sus bases materiales en pocos grupos. Esos que pretenden instituir verdades y hablar por todos. Otra despejó el camino para favorecer una fenomenal concentración de la riqueza en Argentina, que nos acercó asombrosamente al resto de Latinoamérica por su costado más oscuro, la instauración de una sociedad de dos velocidades, con más del 50% del pueblo excluido de la distribución de la riqueza. Esa todavía esta por ser discutida, la ley de entidades financieras del año 77’, hija de la pluma y el pensamiento de un tal José Alfredo Martínez de Hoz.

A la salida de la noche mas negra que algún mortal pudo imaginar jamás, la militancia se había transformado en una ocupación de tiempo parcial. En épocas preelectorales, los pibes de la Lipebo y de sus enemigos directos, la Liga Federal, pegaban carteles, pintaban paredes y hasta se agarraban a tiros por una paga, mitad en efectivo y mitad en merca. Claro, si hasta el Tula alquilaba los bombos y nada menos que a los radichas. Triste metamorfosis, la que destinó a tanto sueño a una cuota que ni siquiera se retribuía en su totalidad en efectivo. La mercantilización de la vida se metió hasta en la vida privada de los sujetos, como no iba a destruir la militancia en el sentido que ella portaba hasta la década de los 70’.

Por ello, hoy para no seguir haciendo el papel de boludos, es imprescindible resignificar la militancia, no para retornar a una época supuestamente dorada, que dicho sea de paso no lo fue. Sí para plantarnos en plenitud como sujetos de nuestra propia historia. Uno se puede preguntar. ¿Qué pasaría si un grupo se sujetividades adoptaran el don de la gratuidad? ¿Si fuesen capaces de acompañar a la organizaciones del pueblo en un procesos de reificación sin pedir nada a cambio? Sin pensar en acceder a la conquista de un puesto en el municipio o en otro organismo oficial. ¿Qué pasaría si acompañaramos donando nuestra experticia y parte de nuestro tiempo a favor de aquellos compañeros que se están tratando de organizar en cooperativas según el programa que han lanzado en Desarrollo Social? Si por una vez en la vida intentaramos hacerlo sin aparatear estas experiencias. Sin militar pensando a que personaje le sumamos, y pensando que le podemos aportar a esos changos y changuitas a las que la sociedad siempre les dio la espalda. ¿Qué sucedería si volviésemos a pensar en Justicia Social e intentaramos amasar ese barro con nuestras propias manos? Tal vez dejaríamos de quejarnos de tanta traición, como en mi caso o de cierto gatopardismo, como el denunciado por el compañero comentarista.

Hay estudios antropológicos que señalan que la Nación y Sociedad Guaraní pre-colombina se estructuro sobre una economía del don. Lo que cada ser producía era enteramente dado a la sociedad para su distribución. El resultado era que cada quien recibía mas de lo que entregaba. Frente a ello y para quienes deseen intentar recuperar la construcción del sentido de su propia historia, no sería tanto el esfuerzo. Tan solo sería cuestión de poner en común (De allí viene la palabra comunidad; ¿Se acuerdan de la comunidad organizada?) algo de tiempo y un poco de saber. Recuperar la militancia resignificandola, puede ser el camino para evitar discrecionalidades varias en el ejercicio del poder por parte de nuestros representantes.

Los argentinos en su conjunto hemos recuperado la política como uno de los quehaceres más nobles del ser humano. No tiremos por la borda lo que tanta sangre nos costo reconquistar. Gracias a los compañeros que usaron parte de su tiempo para comentar aquella carta. Nada mas triste que el silencio o la indiferencia. Gracias por subir al Blog mi carta. Nada mas lamentable que una sociedad que no acepta la pluralidad de voces. Por ello, mas allá o mas acá de la pelea Kirchner – Clarín, DIGO SI A LA LEY DE MEDIOS, TODOS SOMOS PARTE DE ESA HISTORIA, COMO LO SON LOS 200 COMPAÑEROS PERIODISTAS DESAPARECIDOS.

Prometo no escribir más cartas a los lectores de este Blog y dejarme de joder. Hasta cada momento; Peronista.

José Manuel Grima.
Docente e Investigador UBA
DNI 12.546.234

5 comentarios :

Anónimo dijo...

Me gustaría saber que opina Tigre Peronista del conflicto en Kraft-Terrabusi.

Saludos.

Volvamos a ser peronistas dijo...

La militancia y la movilizacion se transformo, desde que de dejaron de existir las internas y los militantes nos transformamos en los boludos que servimos para que algún arribista de turno, indicado por algún mandamas que esta ahi no sabemos bien porque (Menem,el ultimo que llego por una interna aunque hoy renegemos de el), llegue al poder, y después nos olvide hasta la próxima vez que necesite una movilización.
SI queremos dejar de ser boludos y que la militancia vuelva a tener un sentido, que la movilización vuelva a ser una expresión de los militantes, debemos pugnar por que el partido se normalice,sino seguiremos siendo los boludos de siempre que apoyamos a tipos como Massa que de peronista no tiene ni una gota en su sangre y en una interna ni hubiera figurado

peruca de ley dijo...

No hace falta que se normalice el partido, debemos juntarnos nostros, los militantes, y organizarnos y que los dirigentes esten detras de la organización. Que sea la propia organización quien conduzca y que ella elija quien nos represente. Y no como ahora que por ej. massita agarra la lapicera y pone a quien él quiere, obviamente pone a "titeres" que no piensan, son de madera, y cuando a él se le canta les pega un boleo en el orto, como esta haciendo ahora, con sus modificaciones en la intendencia.
Las bases debemos recuperar el espacio perdido.

Volvamos a ser peronistas dijo...

peruca de ley,
te parece que no hace falta que se normalice el partido?
si los militantes no elegimos a nuestros dirigentes, estamos condenados a ser los boludos del mandamas de turno, el único que podía elegir a dedo era el General que la tenia re clara.
Hoy son todos arribistas, llegan con un discurso, y después se olvidan de nosotros, y solo piensan en su bolsillo

Volvamos a ser peronistas dijo...

EL calla otorga,
gracias cumpa veo que pensas como yo