Invocando al único que es fuente de Razón y Justicia, pedimos explicaciones por tanta injusticia.
Las 20 mujeres Wichis que vinieron a Buenos Aires para decir que pese a la ley, se sigue desmontando Salta y hay un diputado nacional (Olmedo) que tiene miles de hectáreas de siembra sojera, son un símbolo.
Las compañeras que en los comedores comunitarios cocinan y limpian gratis y traen de sus casas pobres lo que falta en el comedor , son otro símbolo.
Las maestras de frontera que conviven con veinte o treinta chicos, los visten, los alimentan, los educan, los abrazan ¿no son un símbolo más?. Todas son parte integrante y vital de la Argentina subyacente, la que se resiste a aceptar pasivamente; no cumplir un papel en ninguna historia.
Las historias de cada una de las argentinas decididas a hacer algo, mucho o poco pero”algo”, por sus compatriotas, jamás ocuparían una línea en los grandes diarios, ni un segundo de la TV privada, pero están en la radio. Están siendo reporteadas, ayudadas y conocidas por los periodistas de la militancia peronista.
No hay tendencia revolucionaria, ni FAR, ni Ceibo, ni quebracho, ni gorilismo, ni libertadores de entrecasa. Hay mujeres Argentinas, la mayoría “evitistas” por sus madres y sus abuelas que han encarado un gran desafió: ponerle un granito de arena a este Gobierno Nacional y Popular, presidido como Eva Perón quería , por una valerosa mujer del peronismo, de los 70’, sí, ¿Y qué? ¿O acaso la visión política es tan corta que no recuerda que hubo una juventud Peronista Revolucionaria tan contraria a la violencia de las armas, como tan arraigada a combatir las ideas, como hizo Cristina?
La oposición esta tan desesperada por producir el desprestigio presidencial, que proclama escribe y vocifera que todos los jóvenes del 70’ fueron mercenarios y/o criminales. Muchos de ellos (y los de los 60’) se comieron los palos de Onganía las cárceles del sur, los confinamientos en el norte, persecución desalmada en el litoral, diez o quince años antes de las desapariciones.
Los periodistas y los trabajadores sociales y militantes que sobrevivieron, ahora no solo “destapan” la verdadera historia, sino que le están enseñando a los jóvenes. En consecuencia, atentos gorilas del nuevo milenio: el ternero se va haciendo Toro. La juventud se viene. Mientras uds. se desesperan por las candidaturas presidenciales, hay una Argentina Interior, emergente de su propia sangre peronista, que tal vez no les sea tan fácil domesticar. Son miles de jóvenes entre 20 y 45 años, que han recogido el nombre de Evita y lo llevaran como bandera a la victoria sin armas y con muchas ganas de Retomar el país, para hacerlo andar por el camino peronista.
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