La Peste soja.

Vas a tener que dar 20 minutos de tu tiempo para escuchar algo, que todos los medios callan. Te invito a hacerlo, si no estas dispuesto, no vale la pena que sigas leyendo.

En un reportaje de una FM correntina escuchamos afirmaciones del Dr.  Humberto Bravo acerca del mapa DENGUE-SOJA. Click aqui para escuchar la nota.

Este tema ya había sido abordado en un blog, y nosotros encontramos esto en la Web del autor de ese mapa. Vale la pena escucharlo.

 

Informate leyendo acá como en 1996 se libero lo de la soja.

 

Esperemos que esto prospere. Léelo.

Ayer MP mandaba a la concha de su madre!! a la oposición. Adonde tenemos que mandar a los productore$$   de    $$oja....

Lo dejo a tu imaginación....

4 comentarios :

Anónimo dijo...

Candidatos, mosquitos y glifosato
por Héctor Pitluk

Después de meses de insistir con que iban a dar la batalla política y de haber convocado a todos sus dirigentes a presentarse como candidatos en las próximas elecciones, sin importar el partido que eligiesen mientras estuviera en contra del Gobierno, los dirigentes de las patronales del campo dicen que no van a ser candidatos.
Tampoco presentaron el 15 de abril, como habían prometido, un proyecto para eliminar las retenciones, pero siguen reuniéndose con todo el arco opositor. Parecería que ni ruralistas ni opositores están seguros de su poder de convocatoria.
En la misma semana en que se hizo público el primer informe de la Universidad de Bs. As. y el Conicet confirmando la alta peligrosidad del veneno glifosato, llamado herbicida para disimular esa peligrosidad, no es fácil ver qué relación hay entre ambos hechos, pero el tiempo lo dirá.
El proyecto de país monocultivador depende exclusivamente de la utilización de este veneno. La única forma de hacer siembra directa con semillas transgénicas es fumigando con glifosato. Esta fumigación se hace por aire con aviones o por tierra con el famoso “mosquito”, que es un vehículo semejante a un tractor, con un rodado más alto, un depósito para el veneno y dos caños que se abren como alas por los que circula el líquido rociando las plantas y que le da esa similitud con el insecto. Este aparato nada tiene de inocente: contamina el aire, la tierra y el agua al mismo tiempo, llevando el cáncer y enfermedades de todo tipo al ser humano y la muerte de la fauna y flora. El mosquito de la soja mata más que el del dengue. Es el camino más directo para que efectivamente nos quedemos sin agua potable en pocos años, incluso en la pampa húmeda donde las napas subterráneas son una de sus mayores riquezas no declaradas.
En la Argentina se han usado este año unos 200.000.000 de litros de glifosato. El litro vale 3.90 dólares lo cual hace un total de 2.808.000.000 de pesos. Este negocio lo maneja el monopolio Monsanto con su glifosato Roundup.
En la reunión de la Mesa de Enlace con la oposición en el Congreso Carlos Garetto exclamaba: “¡esto se arregla con plata, saben cuánta plata: 2 mil millones de pesos!”. La coincidencia entre los dos valores, también la revelará el tiempo.
Porque puede ser que la Mesa de Enlace sean nuestros patrones, pero los monopolios multinacionales son los de ellos.


Fuente: Héctor Pitluk

Anónimo dijo...

Mi imaginación solo da para decir HIJOS DE RE MIL PUTAS!!!!!!!!

Anónimo dijo...

encontré esta nota googleando y me pareció un aportye bueno:

Que el mosquito no tape la soja
por René Marconi

Hay quienes dicen, y todo parece indicar que ello es cierto, que el mapa del dengue coincide con lo de la soja, por ejemplo el caso de Bolivia (Santa Cruz de la Sierra). La proliferación del dengue tiene como base sustancial el incremento de la masa biológica del vector, como consecuencia de la "tropicalización del clima que produce la sojización". Estas palabras no son unas declaraciones trasnochadas de algún gurú ambientalista, simplemente provienen del Dr. Humberto Bravo, Presidente del Colegio Médico Gremial de Resistencia, Chaco

La deforestación no implica directamente el cambio climático, pero sí incide sobre los patrones de vientos, en la lluvia y en la temperatura, es decir en el clima en general de la región en donde se produce esta, sin dejar de tener en cuenta que también en forma indirecta aporta su pequeño granito de arena a las causas globales del hoy tan mencionado y temido cambio climático global que preocupa a todos. .

Pero al relatar este proceso, se debe mencionar que ese monte que se extermina para sembrar soja era hasta ahora la barrera biológica que constituía el refugio ofrecido a depredadores del mosquito que tanto nos preocupa. Este mosquito, ahora sin monte que lo contenga, ha migrado y ampliado el área de hábitat ya que tiene mayor movilidad y versatilidad para adaptarse a las nuevas condiciones que sus depredadores naturales, y a la vez se ve libre de ellos.

El cambio de los ciclos climáticos de temperatura y lluvias que produce el desmonte para plantar soja, ha llevado a observar entre otras cosas, que en los últimos años, el verano parece extenderse más allá de los tiempos habituales. Además de prolongarse los días de calor, simultáneamente se produce la extensión del ciclo de vida del mosquito (viven más, y el tiempo de reproducción se amplía), por lo que el período de incubación del virus dentro del mosquito se extiende. El mosquito trasmisor del dengue, tiene la particularidad de alimentarse fundamentalmente de sangre humana, por ello prefiere vivir cerca de las casas de las ciudades en donde halla un hábitat alternativo al natural, altamente favorable, libre de depredadores, y con alimento abundante.

En los últimos 10 años el mapa de enfermedades transmitidas por vectores ha cambiado totalmente en nuestro país, especialmente en la Región Centro, el NEA y el NOA. Así, las enfermedades transmitidas por mosquitos, por ejemplo, como el caso de la malaria, fiebre amarilla, dengue, se expandieron lejos de las zonas en donde se solían circunscribir, al igual que otras transmitidas por diferentes vectores como el mal de Chagas, y la leishmaniasis. Si bien aún no han llegado muchas de ellas a los grandes centros poblados de la Pampa Húmeda, las condiciones poco a poco se tornan adecuadas y favorables para que ello suceda

Tengamos presente que una de las mayores epidemias anteriores en nuestra provincia se produjeron en los 40´ y 50' tras los desmontes de 'La Forestal'. También en aquéllos tiempos se observó una fuerte epidemia de fiebre amarilla en Corrientes; los médicos que trataban de detener su avance, en medio de la desesperación por la ineficacia de los medios que disponían, ordenaron quemar la ropa de enfermos hasta que se dieron cuenta que el humo de lo que quemaban espantaba a los mosquitos y paraba la peste. No olvidemos que el virus del Ébola en África era un virus de la tierra que salió a la luz debido a la deforestación de bosques, y se transformó en paradigma explicativo de lo que aquí se plantea, aceptado en todos los foros que tratan acerca de las enfermedades asociadas al cambio climático y la salud pública.

En el Chaco se ha convertido en la última década, desmonte mediante, el 40% del territorio cubierto por bosques en campos para soja. El modelo planteado por este tipo de "sojización” ha significado la expulsión de campesinos hacia la ciudades en algunos casos tan lejanas como Buenos Aires o Rosario, previo penar en las pequeñas poblaciones de esa provincia intentando detener lo inevitable. La base para esta situación se basa en la renta agraria concebida de una manera, que suma a la concentración del capital del campo en un sector social que comporta una clase muy exclusiva y de escasos integrantes, la que sirve a la vez de viabilizador de la especulación inmobiliaria en las grandes ciudades. Ese proceso es el que en definitiva termina dando vida al dudoso boom de la construcción que vivimos en el último trienio fundamentalmente y que tanto se glorifica en nuestra ciudad.

Así, poco a poco, la población sobrante del campo (indígenas y criollos) se va agolpando en las villas que acosan a las ciudades en espacios hacinados y sin urbanizar, entre zanjas que reproducen los mosquitos, sin agua potable, como último recurso para escapar al desamparo.
El dengue sacó a la luz las enormes condiciones de miseria, que se arrastra desde hace décadas en el norte, mostró las carencias que sufre la población rural y las ciudades del interior de las provincias. Hizo que esa Argentina profunda a la que cerramos los ojos porque nuestro modelo es Europa, invada los grandes centros urbanos y nos despierte para ver su realidad. Aunque la enfermedad es producto de la picadura del mosquito Aedes aegypti, la "urbanización desordenada" (villas, casas precarias, o como quieran llamarlas), la falta de agua potable, la mala recolección de residuos y los extensos basurales, son razones indiscutibles y asociadas.

Puede decirse que estos datos son tremendistas, sin embargo, basta con leer las cifras oficiales que emiten los diferentes medios para tener una pequeña medida de la situación, y de la asimetría injusta con que se verifica la redistribución de las riquezas. A modo de ejemplo, en el Chaco, actualmente, 14 departamentos de la provincia, reciben de coparticipación municipal $193.951.896 mientras que el grupo sojero y agrícola de esos mismos 14 departamentos recibieron $1.745.961.240 de ingresos en el pasado año. Huelga decir que esos dividendos se repartieron entre los pocos productores que poseen las tierras y que previamente habían expulsado a sus habitantes originarios, muchas veces de manera poco legal.

Es indudable que el monocultivo sojero, que se sostiene con el agregado del abuso de los agrotóxicos que puede comprobarse cotidianamente como modelo de “progreso y desarrollo”, altera al ecosistema en donde se lo practica. Pero esta situación a la vez permite que las plagas antes contenidas por barreras naturales (bosques, montes) o depredadores (ranas, libélulas, etc) se reproduzcan geométricamente a salvo en otras partes. El glifosato, parte inseparable del modelo, cuando contamina las corrientes de aguas, mata las larvas de los renacuajos y de la mayoría de los depredadores del Aedes, y este, agradecido, ya que se desarrolla en otros ambientes más acogedores como son las ciudades, renueva su ciclo, y asegura su descendencia sin mayores problemas. .

No es de extrañar que el mayor brote de dengue en el Chaco se diera en zona poblada lindera a la región sojera de la provincia y no en ciudades como Resistencia. La explicación no contradice lo antes descripto, simplemente ratifica todo, ya que atacó a los pobreríos de los pueblos en donde se concentran los indígenas y criollos que hace relativamente poco tiempo eran campesinos, y hoy esperan su turno para partir hacia las grandes ciudades del sur. No parten hacia poblaciones más cercanas de la provincia ya que los grandes centros de la región no ofrecen mejores condiciones de salud pública y trabajo, algo que parece más alcanzable si van hacia el sur.

Pero también, ya aparecieron otras plagas “sojeras”, las malezas resistentes al glifosato, lo que pone en duda las bondades de este agroquímico como socio productivo del agricultor, y alerta sobre nuevos problemas a corto plazo. Quizás en pocos años nos preguntemos si valió la pena tanta codicia, y, si lo que se logró económicamente para unos pocos con la soja, justificó tanta destrucción y despojo para tantos.

Anónimo dijo...

me gustaria que aparezca alguno de los estupidos que apoya a los gorilas del campo.