Con la camiseta, no alcanza.

En la jerga futbolera, muchas veces decimos: le tiramos la camiseta encima y le ganamos…y muchas veces el resultado nos es adverso. Esto es solo una anécdota o una ilustración.

Nuestro humilde análisis trata de mostrar el escenario político, tanto a nivel Nacional como aquí en Tigre, dadas las similitudes que tienen en ambos casos de cara a las próximas elecciones legislativas; no con un ánimo derrotista, sino todo lo contrario para fortalecer lo que tenemos y no caer en un Triunfalismo estúpido.
Al referirnos a Tigre lo hacemos con la preocupación de ver que no se ha hecho un trabajo territorial, como corresponde. Referentes y dirigentes actuales del peronismo tigrense están como adormecidos, sin trabajo en las calles ni armado de cuadros políticos. En septiembre del año pasado tuvimos un encuentro de formación política en Tigre, pero solo quedo en eso. Un encuentro más.
Si bien tenemos a partir de la muerte de Perón, compañeros que han sabido construir poder, no ha surgido un líder o grupo de cuadros que pueda/n construir políticas, encuadramientos claros que trasciendan la anécdota comicial o la lucha por los pequeños espacios o cargos.
No hay una Nación pensada desde lo político, hay una Nación apropiada desde el poder.
La inocencia de creer que el enemigo principal está debilitado (viejo error a veces de la organización: subestimar al enemigo y sobreestimar la fuerza propia), nos puede traer un dolor de cabezas.
Esto a nuestro criterio pasó y aún hoy pasa, por la falta de movilización, falta de discusión horizontal y democratización (sería hoy la palabra) de la discusión de la construcción nacional.De esta manera en vez de discutir candidaturas, tendríamos que estar discutiendo problemas, en medio de un país politizado (en el sentido terminológico no aristotélico, de discutir entre toda la sociedad, la cosa pública desde un lugar concreto de pertenencia) y con organizaciones políticas que trasciendan a los dirigentes de turno con una auténtica vida interna.
Esto resta a la capacidad revolucionaria que tuvo el peronismo, para transformar la Argentina a favor de los más humildes y para construir como ideal un gran país donde capital y trabajo compartan a 50% la riqueza. Esto resta a la formación de los compañeros que se creen que hacer política es hacer campaña para las elecciones o intentar alucinadas actualizaciones doctrinarias desde lo individual, el grupúsculo o las agrupaciones golondrinas de "YO conducción".

Y finalmente pensamos cuanto podríamos estar haciendo y cuántas oportunidades se pierden los compañeros que no entienden que la cuestión no es de nombres, sino de organización política para transformar la realidad sin estar pensando en las próximas elecciones.